miércoles, 4 de diciembre de 2013

Cascamorras

El otro día, hablando de la antropometría de Yves Klein, me vino a la mente el cascamorras. La relación entre ambas cosas es muy estrecha. Paso ahora a explicar en que consiste el cascamorras para que se entienda de lo que hablo, que en realidad es lo que quería hacer. Para ello me remonto a sus orígenes.

El cascamorras es una fiesta que se celebra en el pueblo de Baza, (Granada) que se celebra cada 6 de septiembre desde el siglo XV, cuando ocurrió lo que daría sentido a la fiesta. En el año 1490 durante la demolición de una pared en ruinas de una mezquita mozárabe un obrero de Guadix, pueblo colindante al de Baza, encuentra una Virgen, así, el obrero pensó que la Virgen debería pertenecer a Guadix, pero los ciudadanos de Baza la reclamaban por haber sido encontrada en este pueblo. Para solucionar este problema se llegó a un acuerdo: si un gaditano conseguía entrar en Baza y llegar a la iglesia sin ser pintado la Virgen pertenecería a su pueblo. La gracia está en que los bastetanos no se lo iban a poner nada fácil. Para ello se pintaban completamente de negro y lo manchaban. 

El personaje encargado de recuperar a la Virgen es el que recibe el nombre de cascamorras. Desde ese momento la fiesta ha ido adquiriendo cada vez más fama. Actualmente, todo aquel que quiera participar, con vestimentas viejas o que vaya a tirar, sube a un cerro de Baza donde se disponen varios barriles llenos de pintura negra. La gente coge esta pintura y se la hecha por el cuerpo quedando completamente de color negro. Una vez pintados se espera a la salida de el cascamorras, el cual baja desde ese mismo cerro y recorre todo el pueblo hasta llegar a la iglesia, seguido por los participantes los cuales corren detrás de él y lo manchan. 

Baza, es mi pueblo, y yo he vivido y he participado varios años en esta fiesta. Desde el momento en que te pintas sientes la necesidad de dejar huella, manchar al resto de personas que no lo están, y es en este punto donde encuentro esa similitud con la antropometría de Yves Klein. Muchas de las casas del pueblo están marcadas por las manos negras de los habitantes, de hecho es este el logo de la fiesta. A parte de ese deseo de dejar huella, también aparece un sentimiento de libertad, pues así vestidos se rompe con las leyes de la sociedad a las que estamos acostumbrados.
Al ver las imágenes de los espectáculos de Klein, aunque parezca raro, yo percibía también esa idea de liberalización, tanto corporal como de mentalidad, a pesar de que al final, parece que la mujer en si, se convierte en centro del espectáculo, lo cual puede resultar un poco contradictorio con esa idea de libertad.

Dejo a continuación una serie de imágenes en las que se puede apreciar la comparación que intento establecer.





Después de la fiesta se requiere de un largo tiempo para conseguir quitarte toda la pintura, pues a pesar de que antes de pintarse es habitual embadurnarse de aceite para que posteriormente la pintura salga con mayor facilidad, es necesario restregarse con estropajos y diversos jabones. Aún así siempre queda alguna huella para la eliminación de la cual han de pasar algunos días más.





1 comentario:

  1. No conocía esta celebración. Estableces una muy interesante relación. Me han gustado mucho el comentario y las ilustraciones. Y sí, debe ser complicadísimo quitarse toda esa pintura. ¡Bien por tu entrada!

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